Seis días después del intento de asesinato a Cristina Kirchner en manos de Fernando Sabag Montiel, la Policía Federal removió parte de la custodia que acompañaba a la Vicepresidenta, según confirmaron fuentes oficiales a Infobae. Dentro de los movimientos internos en la seguridad de CFK, la fuerza federal desplazó a cuatro efectivos y sumó 20 agentes que se encontraban en otras divisiones de la Federal, con la intención de reforzar la protección de la ex jefa de Esta

La información surgió de un memorando interno de la fuerza policial con fecha de ayer, donde se establecieron dichos cambios. La decisión de reforzar la seguridad había sido adelantada a Infobae por fuentes del ministerio de Seguridad de la Nación. Según habían indicado a este medio, estarán vestidos de civil y su objetivo durante las 24 horas del día, los siete días de la semana, será observar cualquier movimiento extraño que pueda existir cerca de la ex mandataria.

Mientras tanto, la investigación para develar lo ocurrido, a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, continúa. Por su parte, la actuación de los custodios se encuentra bajo la lupa desde el primer momento. Está claro que hay un acusado y detenido por el intento de homicidio, pero se busca saber si los custodios actuaron como debían cuando el imputado Sabag Montiel le puso un arma en la cara a la Vicepresidenta, indicaron fuentes judiciales.

Durante la madrugada del viernes pasado, declararon varios de los custodios que estuvieron esa noche en el momento de los hechos. Lo hicieron como testigos, aunque eso no quiere decir que en algún momento puedan convertirse en imputados. Esa misma madrugada, en tribunales, junto al viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, también estuvo presente Daniel Carbone, jefe de custodia de Cristina Kirchner, que no estuvo en el momento del ataque porque no era su turno.

El intento de magnicidio a Cristina Kirchner fue sobre las 21 del pasado jueves cuando llegaba a su casa en Juncal y Uruguay en el barrio de Recoleta. El lugar se había convertido durante los días previos en una suerte de meca para el militante kirchnerista, luego del pedido del fiscal Diego Luciani de condenar a 12 años de prisión a la Vicepresidenta por los delitos de asociación ilícita y defraudación al Estado y sobre todo después de los incidentes que ocurrieron el último sábado de agosto cuando el gobierno porteño decidió poner vallas en la zona por las protestas de vecinos. En medio de esa polémica, que no estuvo exenta de incidentes entre los manifestantes y la policía, con el diputado Máximo Kirchner como uno de los protagonistas, la Policía Federal reforzó su custodia en la zona, mientras un fallo de la justicia porteña le ordenaba a la Policía de la Ciudad retirarse.

Fue en ese contexto en el que al menos Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel, estuvo haciendo inteligencia previa al ataque cometido en la noche del 1 de septiembre contra la ex jefa de Estado. Su imagen con el carrito de copitos de azúcar aparece entre las miles de horas de filmación que está revisando la Policía de Seguridad Aeroportuaria, confirmaron a Infobae fuentes de la investigación.

“Pero esto es algo más que la ‘banda de los copitos’, como algunos le están diciendo -señalan las fuentes-. Sabag Montiel y Uliarte no estaban solos. Acá hay indicios de una organización relacionada con grupos libertarios radicalizados”. Sobre esto están trabajando los investigadores por estas horas, analizan todos los registros fílmicos de cámaras privadas, de la Ciudad, videos aportados por vecinos y por militantes que estaban ese día y en jornadas previas.

Así, la jueza y el fiscal están analizando ahora los próximos pasos a seguir en la investigación, luego de haber concretado anoche las indagatorias. Brenda Uliarte dijo que había acompañado ese día a su pareja hasta la casa de la Vicepresidenta, pero que no sabía que “Nando” iba a apuntar con un arma Bersa calibre 32 a la cara de CFK y gatillarle. Al rato, su pareja -a quien no se cruzó- dijo: “Brenda no tuvo nada que ver… Y yo tampoco”, revelaron a Infobae las fuentes consultadas. Se negó a declarar, pero esas palabras quedaron asentadas en la causa. Las pruebas, sin embargo, los comprometen.