La modelo de 43 años, estuvo internada 79 días, la mayor parte de ese tiempo, en terapia intensiva y asistida con un respirador. Sus problemas de salud comenzaron tras una intervención estética a la que se sometió en 2011.

Tras 79 días internada en estado crítico en el Hospital Italiano de Buenos Aires, la familia de Silvina Luna decidió desconectar a la modelo del equipamiento que le daba soporte vital y un par de horas después murió.

Tras la intervención

Su salud empezó a quebrarse en 2011, cuando se sometió a una intervención estética realizada por el doctor Aníbal Lotocki. El médico, que posteriormente fue condenado a cuatro años de prisión, le inyectó polimetilmetacrilato en los glúteos, lo que desencadenó una serie de complicaciones médicas.

Con el tiempo, las secuelas del procedimiento estético se volvieron cada vez más severas. La modelo padecía hipercalcemia e insuficiencia renal, condiciones que la obligaron a recibir tratamientos de diálisis durante cuatro horas al día, tres veces a la semana. Llegó a estar en lista de espera en del Incucai para recibir un trasplante de riñón.

La operación

“Tuve muchas presiones. Y muy pocas herramientas también… Hacíamos teatro de revista y el cuerpo hegemónico era todo. Se usaban las tetas grandes y el culo acá arriba. Y yo me dejé llevar por eso, por buscar una seguridad en el exterior y querer cumplir con ese estereotipo. Eso me llevó a esa operación”, había contado la propia Luna en una entrevista con Infobae.

En cuanto a cómo fue la intervención estética, en una entrevista en 2014, Lotocki se refirió al tratamiento que le realizó a la modelo y dijo: “Le hicimos una pequeña extracción de grasa de la cintura y esa grasa fue la que utilizamos para hacer un rellenito mezclado con un poquito de metil metacrilato, que fue lo que se le puso a Silvina Luna”.

¿Qué es polimetilmetacrilato?

El polimetilmetacrilato (PMMA) fue descubierto en Alemania en 1902 por los químicos Otto Röhm y Walter Bauer. Es un tipo de plástico que inicialmente se utilizó como un sustituto del vidrio debido a su resistencia a las roturas. Desde la Segunda Guerra Mundial, su producción se ha llevado a cabo a gran escala y se ha convertido en uno de los polímeros plásticos más importantes derivados del ácido acrílico.
En medicina esta sustancia suele utilizarse para prótesis dentales y óseas, para aplicarse como cemento entre las distintas piezas.

En el ámbito médico, la FDA de Estados Unidos aprobó el uso de PMMA como un material de relleno seguro. En Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) también había autorizado su uso para tratar surcos y depresiones en la piel facial en dosis pequeñas. En el caso de Luna, al ser aplicado en áreas grandes del cuerpo como los muslos y los glúteos, es probable que se haya superado ampliamente la dosis autorizada y, además, por una cuestión de costos, que haya sido mezclado con otras sustancias.

Los daños

Por varios casos de pacientes con problemas por la aplicación de estos rellenos, el ex presidente de Médicos Cirujanos en Lima, Perú, el doctor Walter Navarro, había señalado que “en el caso del metacrilato, hay problemas cuando se coloca en cantidades importantes ya que no sólo puede generar insuficiencia renal crónica sino además migrar hasta el pulmón, taparlo, causar embolia y la persona puede morir”.

El especialista peruano indicó que los tejidos humanos absorben estas sustancias, “por lo que es casi imposible retirarlo del organismo en su totalidad, causando además de los daños mencionados en la salud, deformidades en las zonas donde han sido aplicadas”, agregó el experto. Publicó El once