La imagen de carteles de “se vende” colgados en las fachadas de hoteles que alguna vez estuvieron colmados de turistas generó una inmediata repercusión. La nota periodística encendió el debate sobre el presente y futuro del turismo en Federación, un destino que surgió como una respuesta a la necesidad de reinventarse tras el traslado de la ciudad por la construcción de la represa de Salto Grande. Aquella transformación fue fruto del consenso entre radicales, peronistas y vecinos. Hoy, en cambio, los consensos parecen haber quedado atrás.
El primero en levantar la voz fue Emilio Vago, empresario gastronómico y dirigente de la UCR, quien expresó en Radio UNO que “la situación es insostenible” y reclamó mayor diálogo entre el sector privado, las entidades representativas y el municipio. Sus declaraciones funcionaron como disparador de una serie de respuestas cargadas de contenido político.
A sus palabras respondió la exsecretaria de Turismo y excandidata a intendenta Graciela Racedo, quien en otra emisora local coincidió en que “el panorama es desolador” y recordó con tono autocelebratorio que durante su gestión se sostenía la actividad con eventos permanentes. Además, le pidió al intendente Ricardo Bravo que haga un ajuste del municipio, enfocándose en la reducción de gastos y del plantel de empleados, al tiempo que exigió al gobierno provincial una revisión de la presión impositiva sobre el sector. Racedo también llamó a abrir una mesa de diálogo con los empresarios turísticos.
No tardó en llegar la réplica. La secretaria de Acción Social del municipio, Corina Rollano, salió al aire en la misma emisora luego de Racedo y fue contundente: le pidió a la exfuncionaria que se haga cargo del proyecto político que apoyó, en alusión al presidente Javier Milei, y aseguró que “demasiado hace este gobierno municipal para sostenerse sin ningún tipo de ayuda de Nación”.
Como cierre del encendido debate, también tomó la palabra el diputado provincial Rubén Rastelli, quien defendió al gobierno entrerriano y destacó las medidas tomadas, como el congelamiento de impuestos al sector turístico. El legislador apuntó directamente contra el gobierno nacional, al que responsabilizó por la caída de la actividad económica que afecta a ciudades turísticas como Federación.
En este cruce de declaraciones queda de manifiesto no solo la gravedad de la situación que atraviesa el turismo en la ciudad, sino también la fragilidad del consenso político en tiempos de crisis. Mientras tanto, vecinos, emprendedores y trabajadores del sector turístico observan con preocupación cómo se diluye un modelo de desarrollo que alguna vez fue orgullo local.
Redacción de 7Paginas
La ciudad de Federación, históricamente reconocida como un emblema del turismo termal en la región, atraviesa momentos de preocupación y tensión. La difusión de un informe por Radio UNO Federación, que retrató la creciente cantidad de hoteles y alojamientos en venta, desató un vendaval de acusaciones cruzadas entre dirigentes políticos locales, dejando al descubierto las grietas que atraviesan tanto al sector turístico como al entramado político de la ciudad.
La imagen de carteles de “se vende” colgados en las fachadas de hoteles que alguna vez estuvieron colmados de turistas generó una inmediata repercusión. La nota periodística encendió el debate sobre el presente y futuro del turismo en Federación, un destino que surgió como una respuesta a la necesidad de reinventarse tras el traslado de la ciudad por la construcción de la represa de Salto Grande. Aquella transformación fue fruto del consenso entre radicales, peronistas y vecinos. Hoy, en cambio, los consensos parecen haber quedado atrás.
El primero en levantar la voz fue Emilio Vago, empresario gastronómico y dirigente de la UCR, quien expresó en Radio UNO que “la situación es insostenible” y reclamó mayor diálogo entre el sector privado, las entidades representativas y el municipio. Sus declaraciones funcionaron como disparador de una serie de respuestas cargadas de contenido político.
A sus palabras respondió la exsecretaria de Turismo y excandidata a intendenta Graciela Racedo, quien en otra emisora local coincidió en que “el panorama es desolador” y recordó con tono autocelebratorio que durante su gestión se sostenía la actividad con eventos permanentes. Además, le pidió al intendente Ricardo Bravo que haga un ajuste del municipio, enfocándose en la reducción de gastos y del plantel de empleados, al tiempo que exigió al gobierno provincial una revisión de la presión impositiva sobre el sector. Racedo también llamó a abrir una mesa de diálogo con los empresarios turísticos.
No tardó en llegar la réplica. La secretaria de Acción Social del municipio, Corina Rollano, salió al aire en la misma emisora luego de Racedo y fue contundente: le pidió a la exfuncionaria que se haga cargo del proyecto político que apoyó, en alusión al presidente Javier Milei, y aseguró que “demasiado hace este gobierno municipal para sostenerse sin ningún tipo de ayuda de Nación”.
Como cierre del encendido debate, también tomó la palabra el diputado provincial Rubén Rastelli, quien defendió al gobierno entrerriano y destacó las medidas tomadas, como el congelamiento de impuestos al sector turístico. El legislador apuntó directamente contra el gobierno nacional, al que responsabilizó por la caída de la actividad económica que afecta a ciudades turísticas como Federación.
En este cruce de declaraciones queda de manifiesto no solo la gravedad de la situación que atraviesa el turismo en la ciudad, sino también la fragilidad del consenso político en tiempos de crisis. Mientras tanto, vecinos, emprendedores y trabajadores del sector turístico observan con preocupación cómo se diluye un modelo de desarrollo que alguna vez fue orgullo local.
Redacción de 7Paginas