En una entrevista realizada por noticiaschajari.ar a la madre del adolescente, la mujer ha compartido el calvario que su hijo ha estado enfrentando en la escuela debido al acoso escolar. Aunque no puede precisar una fecha exacta, la madre revela que el año pasado su hijo comenzó a llegar a casa triste y lloroso, pero cuando le preguntaba qué le pasaba, él simplemente respondía «cosas».
El adolescente tiene miedo de llegar a la escuela, de entrar al aula y sentirse perseguido, ya que se siente perseguido por sus acosadores. Aunque estos miedos se han calmado un poco, la inseguridad aún persiste en su interior.
La madre explica que su hijo es un chico estructurado, pero le cuesta expresarse debido a su timidez. El niño ha revelado que en las clases de gimnasia lo llaman «enfermito» y en el aula le suceden cosas que no sabe cómo expresar, lo cual lo afecta profundamente y le dificulta comunicarse adecuadamente con su madre.
Desesperada por encontrar soluciones, la madre buscó asesoramiento y se reunió con el rector y el vicerrector de la escuela. Aunque al principio parecía que la situación mejoraba, el problema volvió a empeorar. La situación alcanzó un punto crítico cuando el rector recibió un oficio y decidió convocar una reunión el 23 de octubre, en la que expuso la situación de su hijo, a pesar de ser consciente de su fragilidad emocional y la carga emocional que lleva consigo. Esta exposición pública dejó a la madre y al hijo devastados. Esa noche salimos de la escuela: yo partida en mil pedazos y mi hijo peor. Nos fuimos a casa llorando. Esa noche no dormí y mi hijo tipo una de la madrugada entra en una crisis de nervios y no sabía cómo contenerlo. La madre relata una experiencia angustiante en la que su hijo, en medio de una crisis de nervios, le dijo que se quería quitar la vida, creyendo que él era el problema.
Considerando todas las opciones posibles, la madre ha llegado a pensar en cambiar a su hijo de aula para brindarle un ambiente más seguro. Sin embargo el adolescente le pregunta por qué él tendría que irse a otra escuela si él no está haciendo nada malo y no está molestando a nadie.
En un intento desesperado por entender lo que realmente sucede en el aula, la madre se acercó a uno de los profesores y le pidió que su hermana pudiera presenciar las interacciones en clase. Durante la última reunión, el hijo de la madre fue tratado de mentiroso y se le acusó de tener ataques de ira, cuando en realidad son ataques de nervios que no puede expresar adecuadamente debido a la presión social.
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